Ya desde pequeño Martin Luther King tenía claro cuál era su sueño más importante: quería que todas las personas tuvieran los mismos derechos, fuera cual fuese el color de su piel. Aunque parezca lógico, hay quien cree que las personas con un color de piel diferente al suyo son inferiores y merecen un trato peor. Martin Luther King dedicó toda su vida a hacer realidad su sueño y, aunque no fue nada fácil, al final lo consiguió con las mejores armas que existen: la palabra y la lucha no violenta.