En su pequeño piso del almeriense barrio de Pescadería, Mara recibe una curiosa llamada telefónica, que toma por una inocentada de su nieto.
Esa llamada, lejos de ser una broma, va a provocar un nuevo vuelco en la vida de quien, a sus setenta años, puede disfrutar al fin de una tranquila existencia.
Los avatares de toda una vida de constante lucha resurgen entonces de un rincón, silenciado pero nunca olvidado, de su memoria.