AA.VV
Una de las fronteras que existen entre el medio terrestre y el medio marino es la que representan los acantilados costeros y las desembocaduras y estuarios de los ríos. Sus condiciones fisicias constituyen la herramienta que la evolución ha utilizado para dar origen a las diversas plantas y animales marinos que viven en ellos. Los acantilados permiten vivir a organismos capaces de sujetarse al sustrato rocoso y resistir el embate de las olas. Crecen a sus pies grandes bosques submarinos, mientras que en el exterior abundan las aves marinas. A su vez, en las costas donde desembocan los ríos, la mezcla de agua dulce y salada crea unas condiciones particulares que no todas las especies acuáticas toleran, pero que no impiden el paso a especies, como los salmones o las anguilas, que alternan la vida en el mar y en el rio. También acuden a estas aguas en algunas zonas especies como los cocodrilos y los caimanes.